Rehabilitación de Fracturas
Las fracturas están a la orden del día y su origen puede ser de lo más diverso, por ejemplo un accidente en el hogar, traumas al momento de practicar tu deporte favorito o un percance de tránsito. En cualquiera de estos escenarios lo más importante es recibir atención médica, seguir las instrucciones del especialista y cumplir con un programa de rehabilitación física para reducir el riesgo de secuelas.
Los factores que mencionamos antes omitieron a otro importantísimo que es las personas con osteoporosis o estrés muscular. Cuando esto sucede veremos que el paciente tiene episodios de dolor intenso en la extremidad que fue lesionada e incluso hay casos en los que el hueso rompe la piel y queda expuesto.
Si bien es cierto que los huesos son muy fuertes, todo tiene un límite, cuando abusamos de ellos por cualquiera de los factores anteriores, entonces la probabilidad de una fractura se eleva pudiendo derivar en una fragmentación e incluso la dislocación de las partes del mismo.
Ya son muchos años que atendemos a pacientes post operatorios, siendo la mayoría de ellos pacientes que tuvieron una cirugía derivada de una fractura. Lo que buscamos es hacer equipo con sus médicos tratantes para iniciar un programa de rehabilitación que le permita a la persona tener una recuperación exitosa, para nosotros esto significa retomar tus actividades cotidianas con el mínimo de secuelas al paso del tiempo.
Después de tener una cirugía, la rehabilitación es el inicio de un proceso largo que requiere de mucha dedicación y disciplina, pero también sabemos que estos esfuerzos tienen su recompensa y es que manejando un catálogo muy amplio de terapias reducimos dramáticamente el tiempo de recuperación y nuestro equipo de diagnóstico también hace correcciones de diferentes aspectos como la postura, gesto deportivo u otros factores que podrían mejorar tu rehabilitación. Al final lo que lograremos será:
- Más fuerza y elevación del tono muscular.
- Mejora el control motor de la articulación afectada gracias al trabajo propioceptivo, evitando, con ello, que la lesión se repita en el futuro.
- Mejora la irrigación y vascularización de la zona
- Optimizar el proceso de regeneración ósea.
- Recupera la movilidad articular.
- Reducción del riesgo de atrofia muscular derivada de un largo tiempo de inactividad.
- Recuperación de los tejidos blandos que se hayan visto afectados.